Este nuevo siglo nos ha traído grandes novedades, pero de momento se está quedando muy corto en musicales míticos. En la década de los 80 vivimos una auténtica explosión de clásicos del cine cuyo valor cinematográfico dependía de canciones y coreografías y que han quedado grabados a fuego en nuestros corazones y mentes.
Dirty Dancing es uno de los mayores exponentes de este género. Varias generaciones quedaron enamoradas de Baby Houseman (
Jennifer Grey) y de su profesor de baile Johny Castle (el recordado
Patrick Swayze).
Lo mejor de esta cinta de 1987 es que puedes disfrutarla tanto por su historia de baile y superación pero también como la cinta rebelde que es, enfrentándose a los convencionalismos de la época de la misma manera en la que Baby se enfrentaba a un padre que le negaba la posibilidad de hacer lo que ella quería.
Hoy día vemos a Dirty Dancing como el clásico que es, pero su guionista, Eleanor Bergstein, pasó por un verdadero calvario para poder rodarla. Nada menos que 42 estudios cinematográficos rechazaron hacerla hasta que una pequeña productora le acabó dando el sí.
¿Cuál era el motivo del rechazo de todas estas productoras? Uno bastante antiguo: veían la historia "demasiado feminista" para la época en la que se escribió.
También acusaron al guión de extremadamente adolescente y señalaron que esa historia se hundiría en taquilla. Acusaban Bergstein de crear un guión irreal. Y no solo era una acusación infundada, era también una totalmente equivocada porque la historia de Baby es la historia real de su guionista.
En su libro 'The time of my life', Bergstein cuenta como durante su adolescencia viajaba con su padre, también médico, a un club de campo en el que la joven se escabullía del control familiar para bailar con los empleados del establecimiento. Eran los años 60 y "todo baile moderno" estaba mal visto pues se tildaba de irrespetuoso... y "sucio".
Pero Dirty Dancing es mucho más que la historia de un baile o de la atracción entre dos personas. Es la historia de una mujer feminista en un entorno bastante rancio y clasista. Desde el primer momento en que vemos a nuestra protagonista nos queda claro: ella lee sobre economía mientras su hermana se peina con la ayuda del espejo del coche. Toda la película está construida sobre el hecho de que Baby es dueña de su propio destino, y se nos hace más claro este mensaje cuando ella ayuda a una mujer a abortar un hijo que no puede mantener. Un tema tan tabú como el aborto es tratado aquí desde la decisión de la mujer, algo que no se había visto aún en el cine de entretenimiento norteamericano.
Dirty Dancing es la historia de una niña pija que se convierte en mujer. Pero no hablamos de cambios físicos sino de la realización de que ella es dueña de sus decisiones. Y aunque cuando somos nosotros los que tomamos las decisiones nos arriesgamos a fallar, nadie nos puede quitar nuestra voluntad de intentarlo y de aprender. Esto se simboliza maravillosamente en el paso de baile más célebre de la cinta: un salto de fe que tiene muchas posibilidades de hacer que des de morros contra el suelo, pero es su voluntad realizar ese paso de baile. Es la transición entre niña sobreprotegida a mujer que toma sus propios riesgos.
Como ves, Dirty Dancing se puede disfrutar de muchas maneras, y es por eso que se ha convertido en uno de los grandes clásicos musicales de la historia del cine.
Cosmo te ofrece la posibilidad de disfrutar de
Dirty Dancing hoy lunes 30 de Diciembrea las 21:59. Prepárate para el tiempo de tu vida.
Redacción COSMO
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