Tengo muchas historias con ella y aún seguimos creando, y ahora mismo me estoy acordando del baile de mi boda, que fue hace 4 años, donde ella se lo pasó en grande, disfrutó la boda tanto como yo ¡fue genial!
Resumiendo (mucho) puedo decir que fue aquel día que la presión iba a explotar en mi garganta porque quería decirle que soy gay. Antes de decir nada, ella me dio un abrazo y me dijo: Qué te crees, ¿que no lo sabía? Lo sé desde siempre. Y lo tomamos como lo más natural del mundo (que lo es).
Mi madre siempre fue ama de casa, sin sueldo ni opciones de manejar dinero propio. Eran los años 80, una casa con 4 hijas y un solo sueldo. No era fácil tener un capricho. Yo iba al instituto y veía ese jersey amarillo de ochos en el escaparate a diario. Estaba loca por el y no dejaba de darle la lata a mi madre. Eran 5.000 pesetas, el presupuesto semanal para el súper. Ella decía que no y me regañaba por caprichosa. Yo era la pequeña de 4 chicas y mi ropa siempre era heredada. Un sábado por la tarde, antes de salir mi madre me esperaba en la puerta con un paquete en la mano. Había sisado durante semanas para juntar para mi jersey. No podía creerlo. Estaba feliz. Esa magia que hacen las madres. El jersey no tiene el menor valor, y tardé en saberlo, pero su sacrificio, entrega y constancia, en eso y en todo, marcaron mi forma de ser como persona y como madre. Así que hoy, espero que tenga y disfrute su jersey nuevo, su capricho, mi regalo.
Mi madre cuando yo iba a colegio nos fuimos mi clase a campo y mi madre ese mismo día también y nos vimos en el campo y cuando nos ibamos mi madre seguia en el campo y dijo mi madre de quedarme con ella y me quede hasta la finalización.
Mi madre cuando yo iba a colegio nos fuimos mi clase a campo y mi madre ese mismo día también y nos vimos en el campo y cuando nos ibamos mi madre seguia en el campo y dijo mi madre de quedarme con ella y me quede hasta la finalización.