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Violencia de género
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Testimonios

La violencia sexual que las mujeres sufren a lo largo de su vida por parte de sus propios amigos, familia, compañeros e incluso parejas, puede ser invisible.

Pero cada vez son más las mujeres que se deciden a contar sus duras historias y no callar.

Estos impactantes relatos de mujeres que se refieren a abusos en el marco de relaciones sexuales consentidas, muestran que las violaciones casi nunca suceden como tendemos a pensar (ataques en plena calle).


Testimonios:


“Él estaba jugando a la consola en la cama y entonces empezó a darme besos en el cuello. Yo le dije que no quería. Él decía que sí, que un poquito. Entonces me agarró de las muñecas, yo seguí repitiéndole que no quería. Me dio en la rodilla, yo me resistía, pero me dolía mucho el costado. Se lo dije hasta llorando, que no quería, que me estaba haciendo daño y al final lo hizo. No sé cuánto duró, me pareció una eternidad. Luego, él no dejaba de reírse y me dijo que no dijera que no quería porque me había gustado y solo servía para eso”

Y. F. I.


“Habíamos estado en una fiesta con un amigo y nos quedamos varios a dormir en su casa, y en medio de la noche se encerró en la habitación donde yo estaba y me violó. Yo me paralicé. Tenía miedo, traté de pegarle, de quitarme de ahí, pero era más fuerte que yo y no pude resistirme. Recuerdo que solo rogaba que terminara para salir de ahí corriendo”

ANTONIA


“Fui a una fiesta con mi novio y con un amigo suyo y después nos fuimos a su casa. Me acosté en su cama y me quedé dormida. Había bebido. Me despierto muy tarde y no tenía puesta mi ropa. Le pregunté qué había pasado y él me contó que habíamos tenido sexo mientras dormía. No entendí muy bien que se había tratado de una violación. Me costó mucho asimilarlo. (Quise denunciarlo) pero no tenía pruebas, era mi testimonio y el suyo. Me dijeron que no podía hacer nada y que mi causa quedaría archivada porque era una relación consentida, éramos pareja y no tenía cómo probar nada”

FERNANDA


“Un chico con el que estaba saliendo me envió un WhatsApp pidiéndome perdón por lo ocurrido. No entendí nada porque habíamos pasado una noche genial. Me contó que esa mañana se había despertado cachondo, por lo que me comenzó a besar pero yo seguía adormilada. Así que se colocó encima de mí, y me penetró, y como vio que me estaba enterando de más bien poco, decidió retirarse. Cuando me lo contó me sentí fatal, no recordaba absolutamente nada de lo ocurrido”

VICTORIA


“Era mi pareja. Habíamos salido juntos de fiesta, habíamos consumido drogas, y volvimos a casa por la mañana. Yo me encontraba francamente mal, el momento bajón de la droga, apenas podía moverme del sofá. Él, sin embargo, seguía bajo los efectos e insistía una y otra vez. Le expliqué que me encontraba mal, que no podía moverme, que estaba muy cansada. Él me reprochó que cómo habiendo consumido drogas no tenía ganas. Le volví a pedir que no, una y otra vez, le sugerí que fuese a cualquier otra habitación a masturbarse y me dejase tranquila. Pero claro, yo era su pareja, ¿no? Se supone que debía complacerle, ¿no? Así que finalmente «me dejé», y seguí pensando durante mucho tiempo que aquello no tenía importancia”

Marga


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