Uno tomándose la lucha con sable láser superenserio…
… y el otro haciendo el payaso.
Poniendo caretos mirando a cámara.
La forma de encarar las luchas del pequeño son la bomba. Y a veces le sale de miedo…
Teníais que verle en directo morir tras un disparo y volver a levantarse como un zombi.
Y volver a morir y volver a levantarse.
Ahí con los brazos estirados, la lengüica fuera y dicendo: “Eeeeeeeeeh”, en plan miedo.
Cómo un zombi me puede despertar esta ternura.
Y al otro, imaginación, no le falta tampoco…
Me trae Papá Noel un colgante. El Cachorro que lo ve: “Oh, qué brillante. Todos los piratas vendrán hacia ti”.
A mí que esta manera del ver el mundo me encanta… Me pregunto en qué momento perdí yo esa capacidad para inventar, asombrarme, vivir en plena fantasía.
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