Dice el Bimbín:
– Papá, mira qué guapo estoy.
Y salta su hermano:
– Pablo se quiere hacer el chulito.
De autoestima es verdad que va servido, el tío. Pero no lo puede evitar, lleva el poderío en la sangre. Hasta cuando duerme. Siempre lo hace con los tobillos cruzados.
Es como los mandamases que mandan mucho, que hasta se sacan fotos oficiales en plan distendido, con los pies cruzados encima de la mesa. Cuando saben que pueden transgredir las normas. Saben lo que quieren y lo hacen. Pues este, igual.
Está con un “total look” de nengro, su color favorito. Encantado de la vida.
– Hay que hacerte una foto.
– Pero con esto – advierte.
Le gusta la marca de su niki y me la enseña todo el rato.
Este niño tiene una idea muy clara de qué es lo que (le) mola y cómo desea que sea su aspecto. Controla muy bien su imagen. Y en esta época en la que todo gira en torno a la imagen, él tiene mucho ganado.