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Las 8 claves infalibles para identificar a un sociópata

Mejor prevenir que curar

17/07/2020
La vida cotidiana está repleta de términos clínicos que se usan gratuitamente para señalar e incluso descalificar a personas de nuestro entorno. Sucede mucho con trastornos de orden psiquiátrico, cuya nomenclatura la encontramos a diario en boca de mucha gente de forma coloquial; como ¡estás depresivo!, ¡eres una ansioso!, ¡ese tipo es un psicópata!…etc. Pero hablamos de algo muy serio que no se debe tomar a la ligera.

Los sociópatas sufren un trastorno o desorden de personalidad antisocial, que principalmente se caracteriza por la presencia de conductas impulsivas, incapacidad o gran dificultad para ponerse en el lugar de los otros, egocentrismo, mentira compulsiva y manipulación de las personas de su entorno, como algo generalizado.

Hoy hemos preparado para ti las ocho claves que te pueden servir para identificarlos, obviamente un diagnóstico diferencial debe realizarlo un profesional, pero con los puntos que hoy os señalamos es muy probable que logres identificar a un posible psicópata como antes no sabías hacer. Eso sí, utiliza este sistema con prudencia, porque podrías equivocarte en tus apreciaciones.

Como todo lo que tiene que ver con la personalidad, resulta muy complicado de clasificar y establecer categorías, ya que podemos hablar de tantas personalidades como personas hay en el mundo, pero la ciencia debe sistematizar y ha logrado con consenso clínico, establecer una serie de perfiles que pueden resultar identificables por sus puntos de base o claves en común.

1. Ausencia de sentimiento de vergüenza

Esta es una de las conductas más comunes entre los sociópatas, la ausencia total de sentimiento de vergüenza por sus actos, sean los que sean, nunca parecen afectarles ni sentirse responsables de ellos. Pueden responder de forma cruel, grosera e incluso soez, pero siempre justificarán su forma de proceder en base a peregrinos argumentos.

La meta es salirse con la suya cueste lo que cueste, utilizando la mentira más descarada o sucia, manipulando a unos y a otros, en estos casos más que nunca, el fin justifica los medios, por espantosos e injustificados que puedan parecer. Esta conducta la tienen con personas e incluso con animales domésticos, no hay discriminación de posibles víctimas.

2. Relatos muy elaborados repletos de mentiras


La única manera de articular una historia que justifique absolutamente todo lo que hacen es elaborar complicadisimos entramados de relatos, fundamentados en la más absoluta de las mentiras, que muchas veces se solapan unos sobre otros, generando un compendio falaz de lo más exótico que deja al interlocutor sin palabras y en las redes de este maquiavélico entramado.

No se sabe si ellos mismos se creen sus propias mentiras de tanto repetirlas y trabajarlas, pero lo cierto es que su confianza resulta tan abrumadora como creíble para aquellos que reciben sus relatos. La aparente confianza y coherencia aparece claramente como muy convincente ante los ojos del interlocutor que poco puede hacer al respecto.

3. Logran hacerte cambiar de idea


Esta es una de las principales señales de alarma. Cambiar tus principios o ideas fundamentales en base a las palabras o consejos de la otra persona, son siempre un síntoma claro de que algo podría estar pasando, y no precisamente algo favorable. Y aunque en esencia, cambiar de opinión es algo muy natural, hay que estar vigilantes.

No hay que perder de vista que los sociópatas son muy hábiles a la hora de detectar las debilidades de los demás, tales como sus tristezas y problemas que les atormentan, para luego instrumentalizarlos y convertirlos en armas de manipulación de lo más elaboradas y tremendamente efectivas, a la hora de hacer cambiar de opinión a la víctima.

4. Cambios repentinos de humor


Los cambios de humor repentinos y sin motivo aparente, son muy comunes dentro del perfil de los sociópatas. Pueden estar tranquilamente realizando una actividad relajada, y en cuestión de segundos cambiar a una actitud violenta u hostil sin causa que la motive, o que nadie sea capaz de dilucidar en el contexto en el que se produce.

Los expertos señalan que los sociópatas parecen disfrutar con el dolor y el sufrimiento de los demás, y más aún con su sometimiento, con lo que es muy probable que desde la más tierna infancia sean detectables estas negativas conductas, tales como hacer daño a otros niños por simple diversión y nunca sentir culpa alguna por ello; una especie de abusón sin emociones.

5. Ego desmesurado


Como no podía ser de otra manera los sociópatas tienen un concepto de sí mismos desmesurado y muy por encima de lo que realmente les corresponde por sus capacidades y habilidades como humanos. Pero es precisamente ese distorsión tenebrosa de su propio yo lo que les permite interiormente sostener sus conductas destinadas a hacer daño a terceros.

Obviamente se creen que están por encima de la media y que son los más listos del grupo, y lo muestran y demuestran con gran descaro y sin ningún pudor o vergüenza. Lo dicen verbalmente y con sus actos y conductas diarias. Su actitud supremacista se adorna de miles de mentiras que hacen que la víctima acabe cayendo de forma casi incondicional.

6. Carentes de emoción


Quizás la conducta más típica o popular de los sociópatas es su sangre fría y ausencia total de empatía con el sufrimiento ajeno. Permanecen inmunes a situaciones de gran intensidad nerviosa o de máxima ansiedad; no les tiembla el pulso, ni la voz, ni les verás llorar con congoja. En muchos casos dan las sensación de que no están en medio de ese escenario.

La incapacidad de padecer o entender el sufrimiento en sus variadas expresiones los convierte en una especie de témpanos de hielo, que pueden resultar muy peligrosos para su entorno, ya que la posibilidad de no lograr distinguir el bien del mal, puede ser una premisa a tener en cuenta cuando hablamos de sociópatas, ya que implica un peligro intrínseco.

7. Son aparentemente encantadores


Para que un plan funcione debe tener alguna distracción, esto es algo que saben muy bien los militares, pero en el caso de los sociópatas, su gran distracción es la apariencia. Aparentar ser buenas personas, amables e incluso magnéticos, les permite atraer a sus víctimas como hacen las arañas con sus presas que llevan hasta la complicada tela que previamente han tejido con gran esmero.

Conseguir la atención e incluso el cariño de su entorno es esencial y lo más curioso es que son capaces de ser verdugos de sus víctimas en distintos parámetros afectivos, y a la vez seguir siendo encantadores con el resto. Es normal ver en un telediario al vecino de turno diciendo que tal sujeto era una persona amable y que no sospechaban nada de él o ella.

8.Miedo al fracaso


El miedo al fracaso parece que no debería estar presente en un perfil que cree estar por encima de todos y de todo, pero ciertamente se han detectado bajos umbrales de aceptación del fracaso en los sociópatas. Hay que tener en cuenta que por muy listos que se crean, por muy magnéticos que aparenten ser, no siempre sus planes funcionan.

¿Y qué pasa cuando su plan fracasa?, pues muy sencillo, en un segundo se desatan las tinieblas ante sus pies y la respuesta toma forma de violencia, que como sabéis es la forma instrumentalizada de la agresividad. El tipo de violencia que genera un sociópata siempre será excesiva y brutal, con lo que puede acabar siendo letal para su entorno, de ahí la importancia de su detección temprana, para evitar males mayores.
 

AnaGT
AnaGT Creativos; información cultural, ciencia, salud y curiosidades. Comprometida con una comunicación fresca y significativa basada en noticias y temas de actualidad de las mejores y más fiables fuentes.


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