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¿Sabes qué y cuáles son las 7 emociones primarias?

Una buena manera de conocernos mejor

23/07/2020
Las emociones humanas juegan distintos papeles en nuestra vida, no sólo nos permiten comunicarnos y expresarnos, también realizan un papel vital en nuestra adaptación al medio y al grupo social al que pertenecemos. Tanto la tristeza, como la ira, el amor, el asco…etc, son capitales en nuestra interacción con el mundo.

Podemos entender a las emociones primarias como manifestaciones tangibles de nuestro estado de ánimo, que viene marcado por nuestros propios pensamientos y forma de procesar y entender el mundo que nos rodea. Todos nuestros anhelos, recuerdos, sentimientos y pensamientos confirman esta sensación tan personal.

La forma e intensidad en la que manifestamos nuestro estado de ánimo mediante las emociones primarias varía en función de distintos aspectos que tienen que ver directamente con los rasgos de personalidad y capacidades de solución de problemas de tipo emocional, que derivan en nuestra inteligencia emocional.

Hay que decir que nuestro estado de ánimo y emociones incide directamente sobre nuestra salud física. El sistema nervioso autónomo y el hipotálamo controlan la respuesta a situaciones estresantes o emocionalmente fuertes a las que nos exponemos cada día, y su incidencia tiene un impacto sobre nuestro sistema circulatorio, glandular y respiratorio.

Dependiendo de los autores que clasifican las emociones primarias, hablamos de más o menos, pero nosotras hemos elegido estás 7 que pueden servirte para entenderlas mejor:

1. El miedo 

Sin duda es una de las emociones que más prácticas resulta por desagradable que nos resulte. Presente desde muy temprana edad, nos permite aprender conductas de escape en situaciones que hemos evaluado o valorado como potencialmente peligrosas para nuestra integridad física, lo que implica un valor adaptativo inestimable.

Cuando supera los límites lógicos o razonables que nos permiten estar seguros, pueden aparecer las fobias y el pánico, que resultan manifestaciones patológicas del miedo mal gestionado o derivado. En estos casos es esencial ponerse en manos de su médico para que le ayude a manejar dicha situación.

2. La ira


La respuesta fisiológica es muy clara y evidente, el corazón bombea más rápido y llena de sangre zonas como las manos, que se preparan para pegar o defenderse, y se secretan hormonas como la adrenalina, que sirven como dopaje natural para enfrentarnos a situaciones de riesgo y mucha acción sin cierto control.

Cuando la ira se desborda aparecen la violencia y el odio patológico, ambas conductas sobredimensionadas e injustificadas en todos los casos, ya que no resultan ni adaptativas ni justas la mayoría de las veces. En estas situaciones es mejor siempre preguntar o consultar a su médico para que le oriente como gestionarlas.

3. El amor


El amor es uno de los sentimientos más importante para nuestra especie, nos da tanta fuerza como puede debilitarnos en la misma e inversa proporción. La ternura, la relajación y la calma forman parte de la enorme satisfacción que nos hace sentir el amor, por el que somos casi capaces de hacer lo que haga falta.

Precisamente nuestra disposición a buscarlo a cualquier precio puede jugar en nuestra contra, generando sentimientos de dependencia perniciosos que nos nublen la vista sobre nuestras capacidades de decisión e interpretación de eventos, de forma individual e independiente, sin sesgos de pareja por los que intentemos siempre agradar al otro.

4. La alegría 


Resulta tan gratificante como esencial en nuestra adaptación al medio, sin ella resultaría todo muy oscuro, ya que nos permite anular casi todas nuestras reacciones fisiológicas a excepción de la tranquilidad. La buscamos como esencia de vida y ‘pradera verde soñada’ en la que los problemas desaparecen y el bienestar se abre camino.

Pero no hay alegría sin tristeza, la eterna necesaria dicotomía que da sentido y forma a los opuestos que mantienen en equilibrio el universo en general y el nuestro en particular, dibujando una línea perfectamente compensada que debemos intentar siempre mantener al mismo nivel para evitar descompensaciones y situaciones no deseadas.

5. La tristeza 


Con una clara función reparadora en situaciones de fracaso o pérdidas, la tristeza es una gran compañera de viaje en contraposición a la positiva alegría, ya que carga de sentido a la misma a la vez que nos permite adaptarnos de forma brillante a las situaciones más complicadas de la vida de una forma efectiva y práctica.

Cuando la tristeza alcanza máximos desproporcionados e incontrolables podemos desembocar en distimias o depresiones que ya resultan mucho más complicadas de manejar, por lo que en estos casos siempre debes acudir al médico para que te valore y te diga qué pasos debes seguir para superar una situación como esta.

6.Sorpresa


La recepción de noticias que nos parecen raras o no esperadas desencadenan una respuesta emocional muy clara en los humanos, ya que parecemos no estar preparados para canalizar o procesar algunas informaciones concretas de forma normalizada desde un principio, si nos resultan extravagantes y sobre todo no previsibles.

Los humanos somos animales con muchas necesidades, y la necesidad de control es una de las principales, fruto de la mayor parte de las religiones, pero que en estos casos más sencillos, la incapacidad de podernos adelantar a algo nos produce un shock que manifestamos con nuestros gestos especialmente faciales, acompañados de algunos movimientos de manos y brazos, muy identificables.

7. El disgusto y la contrariedad


Cuando algo no nos gusta o nos parece indeseable lo manifestamos abiertamente con gestos muy comunes como taparnos la nariz o arrugar la cara en clara desaprobación con el estímulo expuesto. Nuestros gestos inmediatos parecen intentar tapar o impedir el acceso a nuestros organismos de lo que tenemos delante, ya sea tapándonos la nariz para no oler, los oídos para no ir, los ojos para no ver o la boca para no comer.

La idea de nuestros cuerpos como templos o santuarios no es tan rara si la entendemos como un sencillo mecanismo de supervivencia y protección ante un medio hostil y raro en muchas ocasiones, para nuestros organismos tan vulnerables. El disgusto nos permite prevenir y adaptarnos mejor al medio o hábitat en el que vivimos, sea el que sea.

De lo que no hay duda es que los humanos somos una creación de naturaleza muy compleja, que resultaría tremendamente difícil de emular en formatos digitales tan de moda en nuestros tiempos. Son tantas las variables y opciones que manejamos por décimas de segundo en nuestro cerebro que resulta tan misterioso como maravilloso de estudiar y analizar.

Los expertos todavía hablan de que nos falta muchísimo por conocer y ahondar en nuestras capacidades y complejas respuestas y modos conductuales, tan variopintos casi como humanos pisan el planeta Tierra. Sistematizar todo esto resulta arduamente complicado, aunque cada vez que vamos conociendo algo nuevo, nos sorprendemos más y aparecen nuevas preguntas a las que dar respuesta.
 

AnaGT
AnaGT Creativos; información cultural, ciencia, salud y curiosidades. Comprometida con una comunicación fresca y significativa basada en noticias y temas de actualidad de las mejores y más fiables fuentes.


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