Si alguna vez has buscado indicaciones de cómo seguir una dieta o el mejor camino para perder peso seguro que te has cruzado con esta combinación de letras: IMC. O lo que es lo mismo, índice de masa corporal.
Se trata de una fórmula matemática que toma dos valores, nuestra masa y nuestra altura, para determinar si estamos en nuestro peso ideal, por debajo o por encima de el.
Para calcular esto, tendremos en cuenta la siguiente fórmula.
masa
IMC = ------
estatura2
Es decir, para calcular nuestro peso ideal deberemos tomar nuestra masa, expresada con el número de kilogramos que marque la báscula al pesarnos, y dividirlo por nuestra altura en metros cuadrados, o lo que es lo mismo, elevada a dos.
Pongamos un ejemplo para verlo mejor.
Imaginemos que nuestro peso es de 60 kilos y nuestra altura de 1.60 metros.
1.60 elevado a dos es 2.56. (1.60 x 1.60 = 2.56)
La división de 60 entre 2.56 da como resultado 23.44.
Ahora bien, ¿qué hacemos con ese número? Pues proceder a compararlo con la siguiente tabla.
Bajo peso
Aquellas personas cuyo resultado en la fórmula sea más bajo que 18,5 están en la categoría de Bajo Peso, aunque hay subdivisiones.
Menos de 16: delgadez severa
Entre 16 y 16,99: delgadez moderada
Entre 17 y 18,49: delgadez leve
Peso normal
También conocido como peso ideal.
Entre 18,5 y 24,9: peso normal
Obesidad
Las personas que sobrepasen un índice de 25 tienen sobrepeso.
Entre 25 y 29,9: preobesidad
Entre 30 y 34,9: obesidad leve
Entre 35 y 39,9: obesidad media
Más de 40: obesidad mórbida
Aquí tenemos que hacer una aclaración: el sistema para medir el IMC solo se aplica en adultos y no distingue entre grasa corporal (la mala, para entendernos) y grasa muscular (la que es fruto del entrenamiento por musculación). Así que si te dedicas a hacer mucho deporte y tienes un cuerpo musculado el resultado de tu peso no corresponderá a grasa corporal, sino a tus músculos. En tal caso tendrás que buscar otro método para calcular tu IMC.
Otro supuesto en el que este cálculo del IMC podría fallar es en el de las personas con una altura inusual.
Es decir, extraordinariamente altas o bajitas. En este caso tampoco deberíamos fiarnos del resultado de la fórmula pues, por poner un ejemplo, una persona con un peso normal pero extraordinariamente alta tendrá como resultado que está en la categoría de bajo peso, lo que no sería correcto.
Si quitamos estos dos supuestos (musculación y altura inusual) el índice debería ser fiable, pero eso no quiere decir que tengamos que actuar por cuenta propia si queremos corregirlo.
Una vez conozcamos nuestro IMC lo ideal es ponernos en manos de expertos médicos y nutricionistas, que nos darán las pautas que deberemos seguir para alcanzar ese peso ideal. Y estas pautas pueden ser distintas para cada persona dependiendo de otros muchos factores como los antecedentes familiares, si padecemos diabetes o cualquier otro trastorno metabólico, las anteriormente mencionadas musculación y altura inusual...
El IMC no es un diagnóstico. Es un indicativo que deberemos tomar con prudencia antes de consultar a los verdaderos profesionales.
Manuel Varela
Redactor web
