Últimamente, lucir una sonrisa blanca parece un imprescindible. Existen cada vez más tratamientos que permiten aclarar progresivamente el tono del diente (blanqueamientos LED, dentífricos y otros productos que prometen bajar un tono en siete días, etc.). Algunos de ellos son un poco caros y, en general, si bien pueden generar una ligera mejoría, nunca va a llegar a ese blanco nuclear que todos tenemos en la cabeza. ¿Por qué? Porque
los dientes no son blancos.
En el mejor de los casos son de un bonito color marfil. ¿Y las celebrities?, pensarás. Pues bien, muchas de ellas llevan carillas, es decir, una especie de sobrediente encima del suyo. Así que asume que un ligero tono amarillento es la cosa más normal del mundo.
Claro que siempre tenemos algunos inofensivos truquillos caseros para sacar partido a nuestra sonrisa y que parezca un poquito más blanca. Todo es tan simple como la elección del pintalabios. Debes buscar uno que contenga
pigmentos azules, o que sea de base azulada. Eso no significa que sea de color azul, puede ser rojo pero tener una base azulada en vez de anaranjada. Si vas a una tienda de cosmética y lo preguntas, te entenderán perfectamente.
Esto generará un efecto óptico que hará que tus dientes parezcan más blancos.
¿No tienes ningún pintalabios de base azul? Puedes hacer el truquito de aplicar un poquito (¡un poquito!) de
sombra de ojos azul mate en tus labios antes de aplicar el labial. Cambiará un poco el tono del labial, pero es que de eso se trata.
También descubrirás que algunas marcas tienen
gloss transparentes pero con pigmentos azules para aplicarlo encima de tu labial favorito.
¡A sonreír!
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Redacción COSMO
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