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Stonewall y el origen del Orgullo Gay

La redada que se convirtió en un movimiento mundial

25/06/2020
orgullo_gay


La celebración del Orgullo Gay es motivo de celebración, alegría y liberación. Pero también de lucha, de oposición contra la intolerancia y de búsqueda de justicia para toda persona que sea o haya sido discriminada por su orientación sexual.

Una lucha que viene muy de lejos, que tiene millones de protagonistas y que se libra actualmente. Una lucha tan grande que parece no tener principio ni final, pero definitivamente podemos encontrar momentos clave que la definieron.

Hoy hablaremos del incidente que dio lugar al Movimiento de Liberación LGBT y al Orgullo Gay. Los sucesos acaecidos en el pub Stonewall Inn en el barrio neoyorquino de Greenwich Village en la madrugada del 28 de junio de 1969, el llamado Verano del Amor.

Los precedentes


Tras la II Guerra Mundial en Estados Unidos se intentaba un regreso a los llamados "valores clásicos". La homosexualidad, así como el comunismo o el anarquismo, estaban catalogadas como "conductas anti-americanas" y eran perseguidas. Un momento en la historia en el que podías ser despedido de tu trabajo y marginalizado no solo por ser homosexual, sino por el hecho de que alguien sospechara que lo fueras. No era ilegal, pero ser acusado de homosexual podría destrozarte la vida.


Imagen Vía

Toda persona gay estaba obligada a vivir una doble vida si quería mantener su estabilidad. Con el paso de los años fueron encontrando sus lugares de encuentro, lejos de la vista de las autoridades. Y uno de los más célebres era el Stonewall Inn, un pub de Nueva York frecuentado por homosexuales y regentado por la mafia. El pub sufría redadas de la policía frecuentemente.

28 de junio de 1969


Esa noche el pub estaba a rebosar. Cuatro policías de paisano tomaron posiciones en su interior y alertaron a gritos a los presentes de su presencia indicando que nadie podría abandonar el establecimiento hasta ser identificado. Más patrullas llegaron como refuerzo en lo que ellos pensaban que sería una redada más.

Pero mientras los agentes cacheaban a todos los presentes un murmullo empezó a crecer. La gente estaba harta de esta situación, de ser perseguidos y humillados por las presuntas fuerzas del orden, que esa noche se sobrepasaron manoseando a un grupo de mujeres lesbianas. El murmullo dentro de bar comenzaba a convertirse en clamor y los agentes de policía decidieron dejar libres a toda aquella persona a la que no podían acusar. Estas personas, lejos de abandonar el lugar, empezaron a agruparse en la puerta del pub y alertar a viandantes y vecinos de la injusticia que se estaba produciendo dentro.

Cuando los agentes comenzaron a sacar a los detenidos del bar en dirección a los coches patrulla, descubrieron que una creciente multitud los rodeaba. Una multitud de vecinos, homosexuales o no, que estaba harta de la situación. El clamor creció en la calle y, aunque todos los presentes sabían que el motivo de la redada era atemorizar a la comunidad gay, comenzaron a ácusar a la policía de querer vengarse de los dueños del pub por no ofrecerse estos a pagar los muy comunes sobornos a las fuerzas del orden. Alguien entre la multitud gritó "¡paguémosles!" y una lluvia de monedas se precipitó sobre los coches patrulla.

Los presentes comenzaron a vitorear, proclamar, reivindicar a gritos. Otra de las personas presentes comenzó a cantar "We shall overcome" ("Venceremos"), un tema gospel compuesto por el Reverendo Charles Tindley, y toda la calle le acompañó en sus cánticos. Desde ese momento la canción ha sido de uso común en protestas de todo tipo en Estados Unidos.


La redada se había convertido en revuelta. Lluvia de botellas, contenedores ardiendo, ventanas rotas... La policía usó la fuerza para intentar despejar la concentración, que ahora se extendía por las calles adyacentes y más allá. Se originó un fuego en el interior del pub y la salida de los presentes acabó de romper la falange que las fuerzas del orden habían formado.

La policía estaba sobrepasada, totalmente incapaz de contener la situación. Este hecho fue percibido por los presentes, que hasta el momento habían visto a las fuerzas del orden como una máquina imparable con la que no se podía negociar. La ilusión de poder estaba rota y el poder del pueblo estaba siendo oído.

Como en toda protesta la rabia y la destrucción estaban presentes, pero también el amor: hartos de esconderse, muchos de los presentes decidieron esa noche reivindicar sus muestras de afecto a personas del mismo sexo ante todos los presentes, celebrando el fin de la invisibilidad. Por fin podían demostrar a todo el mundo su orgullo.

Las consecuencias


Las noches siguientes los disturbios se repitieron y muchos neoyorquinos, homosexuales o no, se unieron a ellos en lo que ya era todo un movimiento. La ciudad de Nueva York decidió que la discriminación a la comunidad gay no tenía lugar entre sus calles, dando incluso la espalda a diarios y publicaciones que publicaron difamaciones sobre los sucesos.

En las semanas posteriores se crearon movimientos como el Gay Liberation Front o el Gay Activists Alliance, que incluso distribuía su propio periódico.


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Un año después


La homofobia estaba demasiado enquistada en la sociedad como para que unas noches de disturbios cambiaran nada y la lucha continuó. En el primer aniversario de los disturbios de Stonewall se celebró la primera marcha del Orgullo Gay que comenzó en la calle Christopher, ubicación del Stonewall Inn, y acabó en Central Park. Los participantes esperaban resistencia policial e incluso ciudadana. No la encontraron. Les estaban escuchando. En Los Ángeles y Chicago se celebraron marchas similares y en los años posteriores las otras grandes ciudades del país se unirían al Orgullo.

Los sucesos de Stonewall son solo un escalón en la larga lucha de la Comunidad Gay. Una lucha que llega hasta nuestros días y que no cejará hasta que sus derechos sean igualados. La rabia de la reivindicación, la alegría del progreso y el Orgullo por ser quienes somos.

Feliz Orgullo a todo el mundo.

Imagen de portada Vía

 

Manuel Varela
Redactor web


Comentarios

Ana, de Madrid: Hace 2 años

Granada es una ciudad maravillosa con un encanto muy especial, He probado algunas de las experiencias propuestas, y Hammam Al Ándalus en Málaga que es como si te bañaras en la Alhambra, más que un lujo, un verdadero deleite

 

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