Si existe una serie juvenil que describa la década de los 90 esa es sin duda Beverly Hills, 90210 (Sensación de vivir). De hecho, su andadura televisiva se extendió diez años desde 1990 hasta el año 2000, como si las aventuras de los hermanos Walsh y compañía solo pudieran existir en esa década.
Y aunque hace 15 años ya que no sabemos de Brandon, Brenda, Kelly o Steve Sanders, alguna de las rencillas de las que se hizo eco entonces la prensa siguen existiendo.
Jason Priestley, Brandon Walsh en la ficción, nunca volvió a gozar del éxito que tuvo en aquella década y, aunque nunca ha dejado de trabajar, sus papeles se han limitado desde entonces a películas de sobremesa para televisión y alguna aparición ocasional en series como "Sin rastro" o "Me llamo Earl".
Para seguir sacando provecho de sus tiempos de gloria, el actor que interpretaba a Brandon sacaba a finales del año pasado una biografía titulada "Jason Priestley: A Memoir", en la que desgranaba desde su punto de vista aquellos años de rodajes en el ficticio instituto West Beverly Hills. Y como la rumorología de aquel entonces ya apuntaba, su hermana melliza en la ficción no sale del todo bien parada en estas páginas.
Priestley describe a la actriz Shannen Doherty como una diva, una niña malcriada que en ocasiones entorpecía el rodaje de la serie. El actor afirma que su primera impresión de Doherty no fue nada halagüeña, pues se conocieron mientras la actriz tenía una espectacular bronca con miembros de la producción, que habían enviado un coche en lugar de una limusina para llevarla al aeropuerto tras el rodaje.
"No sabría decir si realmente estaba bromeando o si hablaba en serio", afirma el actor, que arremete con más.
"Era una diva... más tarde empezó a quejarse de los avisos para entrar a rodar, de la comida del catering o de la temperatura en el plató. Realmente le importaba todo una mierda. Era una actitud guay hasta que dejó de serlo.”
"Esas cosas nunca pasaron. ¿Me ha confundido con alguien más de la serie?", preguntaba la actriz. "Jason sufrió un accidente en aquel coche de carreras y creo que parte de su memoria se ha alterado desde entonces”, refiriéndose a un siniestro que protagonizó el actor en 2002 mientras pilotaba un bólido en la Indy Racing Infiniti Pro Series, empotrándose contra un muro a 290 km/h.
¿Son, como afirma Doherty, cuentos ficticios para vender más ejemplares de su biografía o hay algo de cierto en las palabras de Priestley?
Redacción COSMO
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